Por Marcela Lozano. Yuluka
Hitcha Güe Müe . Yo soy tu.
Estar en un círculo es reconocer al otro como a uno mismo.
El círculo ha estado considerado como la finalización de un ciclo de la existencia que llega al punto de partida, hasta el final, y en movimiento perpetuo. También está considerado como el origen de la conciencia que crea esta realidad. Por lo tanto, nosotros, los seres humanos, somos el núcleo del círculo del cual se crea la vida. Desde los tiempos más remotos, hasta nuestros días, los seres humanos se han reunido alrededor del fuego para hacer música, cantar, bailar, hablar, y hacer magia, rituales que han sobrevivido a lo largo de generaciones, culturas, y siglos, y que permanecen prácticamente iguales debido a su sencillez, y a que puede participar cualquiera en todo momento.
En la tradición de mis ancestros, Mhuysqa del Altiplano Cundiboyacense en Colombia, el círculo de la palabra es es espacio físico en donde se trasmiten los saberes para que perduren en el tiempo y tiene como orden el escuchar, preguntar y luego reflexionar. Esta palabra va en rondas y al final hay un acuerdo, sewá que guía al pueblo a su siguiente momento. En estos círculos la medicina está presente (el fuego, el Hayo y el tabaco) ya que esa relación con lo natural, permite la conexión con todo lo que es: La Madre Tierra, los Ancestros, lo invisible, el respeto y la enseñanza primaria de la vida en armonía que es la Ley de Origen.
La Sociocracia recogió la sabiduría de sentarse en círculo de las tradiciones cuáqueras que podían ver a Dios en los ojos de todos. Cada persona que se sienta en un círculo tiene su comunicación directa con el Espíritu, por lo que sus palabras son lo que el círculo necesita para recoger la esencia y el aprendizaje del todo. En este escenario el acuerdo, el consenso nace de ser capaces de escucharnos todos. Esta confianza de Dios en el otro es el valor básico en la creación de una comunidad, porque permite que haya desde el corazón verdaderas relaciones horizontales.
Aprender a ver al otro con la certeza de que su palabra en el círculo nos completa, honrando el movimiento circular de la energía que entre más rondas pasa, más crece , en dónde la escucha activa, el respeto y la presencia permiten que la inteligencia colectiva florezca para el bienestar de todos y de todo. Llegar a la organización Sociocracia por círculos es un poco volver a las enseñanzas de nuestros ancestros y el poder que tienen las cosas simples en conexión.